Tras un Mundial Sub-20 para olvidar la preocupación aumenta en USA y Canadá por el nivel de sus jugadoras en las categorías inferiores
De dominar el mundo a ser humilladas en el Mundial Sub-20, no es para menos. Equipos que no demuestran progresión y que ven como otras selecciones empiezan a pasar por encima futbolísticamente. Hablamos de Estados Unidos y Canadá que no han logrado superar la fase de grupos. En el caso de las ‘yankees’ en ningún otro torneo de fútbol femenino habían caído en dos ediciones consecutivas en fase de grupos.
Después de un bochorno similar en la edición anterior de 2018, en la actual de 2022 la situación ha sido similar para las estadounidenses con Tracey Kevins al mando y a pesar de contar con una plantilla de primer nivel, el equipo ha sumado solamente una victoria.
Entre estadounidenses y canadienses, a nivel histórico las grandes selecciones de América, no han sumado más de una victoria de seis posibles. Estados Unidos demostró estar muy lejos de sus rivales teóricamente directos, Japón y Países Bajos, mientras que Canadá se ha mostrado incapacitado para competir a cualquier selección de su grupo, Nigeria, Francia y Corea del Sur.
Ambas selecciones, Canadá y Estados Unidos, han sido emparejadas en grupos de gran nivel. La versión ofrecida también por ambas escuadras queda muy lejos de la esperada. La expectativa era incalculable en las ‘yankees’ que más allá de levantar el Concacaf Sub-20 meses atrás, parecían reunir todas las condiciones para resaltar en el torneo por encima del resto de competidores.
A diferencia de Estados Unidos y Canadá, el resto de selecciones han mostrado un crecimiento en sus jugadoras jóvenes. Brasil no tiene nada que ver con las jugadoras que salieron hace cuatro años, similar es el caso en México o Colombia con Linda Caicedo. En selecciones como Japón o Países Bajos se ha logrado lo más complicado, mantenerse en lo más alto mientras que el equipo del U.S Soccer no logra ni tan solo arrancar.
Uno de los factores que más en contra juegan para Estados Unidos y Canadá pasa por un modelo idéntico al de los 30 años anteriores. A día de hoy el fútbol femenino ha cambiado y las filosofías dominadoras ya no son las mismas. En América no están preparados para adentrarse en los nuevos compases del Siglo XXI.
Estados Unidos, ¿Ha llegado el final de la fiesta?
Es evidente que no volveremos a ver equipos como las generaciones de Abby Wambach, Megan Rapinoe y Alex Morgan, no obstante, la profesionalidad cada vez llega antes y en esta edición mundialista las categorías inferiores de Estados Unidos han dejado constancia. El hecho de contar por primera vez con dos jugadoras profesionales en la convocatoria Sub-20 no acredita a las barras y las estrellas de un éxito inmediato.
Jaedyn Shaw y Olivia Moultrie figuraban como las dos únicas jugadoras profesionales de la convocatoria de Tracey Kevins. Esto significa que el resto de nombres han llegado de equipos universitarios, por tanto después de varios meses de inactividad, incluso más que las jugadoras que han llegado del fútbol europeo cuyas ligas finalizaron en el mes de Junio.
A pesar de dos derrotas abultadas con tres goles en contra y ambas dolorosas, Estados Unidos no ha carecido de ocasiones de gol, todo lo contrario. La parcela ofensiva con Jaedyn Shaw, Ally Sentenor y Michelle Cooper ha sido capaz de que en muchos tramos del partidos el juego pasará al completo por el área rival.
La efectividad no ha acompañado a las estadounidenses por su travesía en Costa Rica en ningún momento, no lo hizo ante Japón anotando un solo gol y mucho menos ante Países Bajos dejando la puerta en cero. En la única victoria del equipo en el torneo, contra Ghana, la ventaja podría haber sido mucho más amplia que el 3-0. Perdonar ante los pequeños ha significado irse de vacío ante los gigantes.
Sí la efectividad era poca en la delantera a pesar de las muchas ocasiones generadas, peor ha sido la situación en el otro área. Estados Unidos siempre se ha caracterizado por sus jugadoras de ataque dejando las defensas a un lado pero todo gran equipo se construye por una base defensiva. En el caso de la actual selección Sub-20 de Tracey Kevins, no hablamos de una construcción defensiva y mucho menos de un gran equipo.
La zaga sólo ha visto dos nombres indiscutibles como titulares, Sam Guidry como lateral zurda y Lauren Flynn en el centro de la defensa. En el caso de Guidry ha dejado mucho que desear siendo superado por todas y cada una de las extremos a las que le ha tocado medirse, desde Suzzy Teye en Ghana como Yuzuki Yamamoto y la prometedora, Aoba Fujino en Japón.
Más allá de unos últimos minutos para el olvido de todo el equipo ante Países Bajos, Lauren Flynn y Mia Justus (GK) han mantenido bastante regularidad durante todo el campeonato. Entre ambas han evitado que los males sean mayores en el conjunto yankee cuya defensa se ha ido deshinchando a medida que han pasado los minutos.
El principal problema de Estados Unidos ha llegado a partir del minuto 45. La efectividad se desplomaba por completo y la defensa empezaba a ser una ruina. Ante las neerlandesas y las niponas solamente uno de los seis goles encajados fue en el primer tiempo. El resto de los tantos fueron a partir del 55’. 5 goles en un limbo de tiempo de 70 minutos, 35’ por partido.
La mejor noticia o la única positiva pasa por Jaedyn Shaw y Michelle Cooper. La primera se ha encargado de demostrar el porqué de su debut con San Diego Wave en la NWSL antes de tiempo guiando el juego del equipo en todo momento y convirtiéndose en el principal arma para generar peligro. En su ausencia ante la ‘Oranje Leeuwineen’ las estadounidenses notaron la baja de la pieza angular en el centro del campo.
Sí hablamos de Michelle Cooper, por sus botas han pasado los goles y por las de Ally Sentenor las asistencias. Sí los aficionados yankees han podido disfrutar de un mínimo de ocasiones a favor, Cooper, Sentenor y Shaw son las principales culpables.
El próximo paso de la U.S Soccer con la selección femenina Sub-20 pasa por un torneo amistoso donde compite también su gran rival, México. La debacle debe quedar atrás porque en Octubre se disputa el Mundial Sub-17, un nuevo exámen para las categorías inferiores de las barras y las estrellas.
Canadá, el ‘hazme reír’ del Mundial Sub-20
Después de dominar durante años la Concacaf junto a Estados Unidos el momento de poner un punto y aparte a la hegemonía parece haber llegado para las canadienses. Caer en semifinales del Concacaf Sub-20 en marzo, ya fue un aviso de lo que se estaba gestando en el elenco de Cindy Tye.
Canadá ha perdido todos y cada uno de los partidos disputados en la fase de grupos del Mundial Sub-20. Inexplicablemente hablamos también de las campeonas de los Juegos Olímpicos en Tokio 2021. Con Nigeria dominando el grupo y Francia como segunda clasificada, canadienses y surcoreanas terminaron quedando fuera de la fase final.
Los malos momentos del partido para las de Cindy Tye pasan también una vez inicia el segundo tiempo, ante Corea y Francia se encajaron todos los goles en la segunda mitad.
No obstante, el problema no pasa por las segundas partes, sino por un equipo cuya defensa se ha mostrado cada vez más insegura a medida que ha avanzado el torneo. El balón aéreo ha sido siempre un despropósito que solía terminar en resultados desastrosos. Los dos goles ante Francia llegaron desde la esquina y ante Nigeria vimos dos penaltis en contra.
Las inseguridades empiezan por Anna Karpenko, la guardameta titular del equipo que no ha logrado terminar un solo partido sin levantar dudas sobre su juego. Vulnerable en el balón aéreo y a la hora de disputar con las delanteras. Tranquiliza el hecho de que en Concacaf Sub-20 saliera elegida como guante de oro tras unas grandes actuaciones que contrastan con su rendimiento mundialista.
En la zaga también dejaron mucho que desear Jade Rose y Mia Pante como centrales, sumamos a Viviane Besette en el lateral diestro. Posiblemente porque son jugadoras que no suelen jugar juntas o porque la preparación ha sido escasa de cara al acontecimiento del Mundial pero la realidad es que la defensa de Canadá ha sido siempre la mejor noticia para el resto de equipos y la peor para Cindy Tye.
En la otra cara de la moneda encontramos nombres que han sido de gran utilidad para el elenco canadiense y que apuntan a seguir siéndolo en un futuro no muy lejano. La centrocampista Zoe Burns llegaba al Mundial generando muchas expectativas como lateral y las ha complido pero como centrocampista, además ha anotado uno de los dos goles del equipo en el torneo. Polivalencia y efectividad, una de las pocas bocanadas de aire fresco del equipo.
Tampoco queda a un lado Olivia Smith que ha partido desde el banquillo en varios partidos pero ante Francia logró anotar el gol de la consolación para las suyas. En la parcela ofensiva destaca Kaila Novak, la hemos visto actuar tanto en el centro del ataque como de extremo, siempre liderando la presión de Canadá en el campo rival.