Empieza la cuenta atrás para que dé inicio la Challenge Cup de Utah, tras ocho meses sin fútbol femenino en Estados Unidos, el inicio de la Challenge Cup está cada vez más cerca y con este la oportunidad de alzarse con el título para los conjuntos más humildes de la NWSL.
La creación de la Challenge Cup de manera recurrente para finalizar con máxima ligereza la NWSL, significa una gran oportunidad para los clubes más pequeños del campeonato norteamericano, pues la ya mencionada Challenge Cup, albergará un formato de carácter intenso; cuatro partidos de fase de grupos y dos partidos de la fase eliminatoria sin contar la final. Esto significa que los equipos no necesitarán de esa regularidad competitiva para alzarse con la ‘Championship’. Las jugadoras de Washington Spirit siempre han destacado por sus indudables cualidades sobre el césped, pero a la hora de la verdad, las irregularidades y los altibajos se apoderan de un equipo que ve en la Challenge Cup la oportunidad de entrar en unos play-off que no pisa desde hace cuatro años. Hablar de Washington Spirit, se hablar de un equipo cuya trayectoria a largo plazo se asemeja a una montaña rusa.
La maldición de los Spirit:
En 2016 el equipo Spirit era quizás uno de los planteles con mayor calidad individual de la NWSL, aunque años antes había caído en semis de la fase final de la NWSL. El 2016 estaba marcado en el calendario para todos los aficionados rojillos, aquella temporada se alinearon los astros en la costa este; el equipo presumía de algunas de las mejores jugadoras del mundo, las cuales ponían la grada en pie de manera muy frecuente, para que esta pronuncie un profundo “ohhhhhh” tras el excelente detalle de calidad que había dejado Banini sobre el césped de Maryland. Además aquel año la final se jugaba en casa y el equipo tenía la oportunidad por primera vez en su historia de levantar un título liguero. Pero un debutante y ‘novato’ Courage puso punto y final a la aventura de Washington, saltaba la sorpresa para las pupilas de Brest, con la cabeza cabizbaja y todavía pensando en lo que pudo haber sido y no fue, regresaban los aficionados del club rojiblanco a sus casas completamente desconsolados.
Pero como si de una noche de resaca se tratara, el golpe fue más allá de lo deportivo para unas jugadoras que cargaban con la culpa de haberle fallado a su afición, tras semejante ‘naufragio’, fueron muchas las futbolistas que decidieron abrir una nueva etapa lejos de la NWSL, nombres que comandaron al que se recuerda como el mejor Washington Spirit de toda la historia dejaron el fútbol ‘yanki’ para unirse al Europeo, Banini, Lissa De Vanna, Ali Krieger, Yanara Aedo o Diana Matheson dejaron el equipo a merced de jugadoras menos talentosas. Al año siguiente de tocar la plata en la NWSL, la herida se agrandó y el equipo terminó último clasificado con menos de veinte puntos en su feudo. Perder una final en tu estadio y quedar último clasificado no es plato de buen gusto para nadie. Desde aquel entonces, las jugadoras que dirige el británico Richie Burke, no han vuelto a pisar unos play-off. El regreso a los play-of a través de la Challenge Cup parece asequible si tenemos en cuenta que un sólo equipo de los nueve que forman el campeonato se quedará fuera de la fase final, es hora de que Washington Spirit comience una ‘rehabilitación’ tras semejantes desgracias en años anteriores, dicha rehabilitación pasa por la Challenge Cup de Utah.
¿Cómo les fue a las de Washington la temporada pasada?
En términos generales la anterior campaña tuvo unos mejores resultados que las de 2017 y 2018, aunque tampoco es muy difícil superar semejantes registros. A lo largo del anterior curso pudimos ver como el combinado capitalino progresó de menos a más con un inicio algo negativo, la recta final tuvo mucho más enfasi que las primeras jornadas. Con un esquema tan goleador como goleado pero con un bloque que sumaba de tres en tres, fueron tan sólo cuatro puntos los que pusieron tierra de por medio entre las Spirit y el OL Reign, este último marcaba los puestos de play-off.
Las protagonistas de Washington Spirit:
De cara al torneo que dará inicio este mismo 27 de Junio, la portería Spirit tiene un nombre insustituible, Aubrey Bledsoe, la guardameta ‘yanki’ tiene en sus manos una titularidad que difícilmente se le pueda escapar, con más de dos mil minutos la anterior cruzada, Bledsoe es una de las culpables de los buenos registros del equipo a nivel defensivo, aunque no tan buenos a nivel ofensivo… Si fijamos la vista sobre cada una de las jugadoras de campo del plantel ‘gringo’, sólo Ashley Hatch supera los dos mil minutos, excelente juego de espaldas, mucho más exquisito es su nivel físico, con más aguante que ninguna de sus compañeras, la killer de Gilbert no conoció la suplencia en el anterior curso.
El conjunto de la capital anunció su última incorporación el pasado nueve de Junio, no obstante, en los últimos siete meses tan sólo se han oficializado dos fichajes, una cifra de lo más pobre en comparación con el resto de conjuntos. Han sido pocas pero contundentes las incorporaciones que ha llevado a término la entidad norteamericana, dos jugadoras que serán claves de cara al futuro del club, Meghan McCool e Kumi Yokoyama serán las dos caras nuevas en el plantel de las Field’s, esta última, Yokoyama, fue firmada en Diciembre y a día de hoy todavía no se ha dado su debut en la NWSL, pues no es de extrañar si tenemos en cuenta que el Covid-19 paralizó gran parte del mundo del deporte.
Algo más atrasadas pero no con menos influencia sobre la pizarra de Burke, hallamos a Jordan Dibiasi y Andi Sullivan, el dúo dinámico de la zona de máquinas ”balón arriba, balón abajo”, detalle de calidad por aquí, ayuda defensiva por allá, recordando a Xavi e Iniesta, Jordan y Andi son los pilares sobre los que se construye un proyecto que buscará el próximo 27 de Junio cerrar una herida que lleva abierta desde 2016.