Tras seis años a los mandos de Portland Thorns, Mark Parsons deja la NWSL para poner rumbo a los banquillos de la selección holandesa
Desde la fundación de la NWSL el nombre de Mark Parsons siempre ha sido uno de los protagonistas en los banquillos. Un nombre que llegó a Estados Unidos en 2013 para entrenar al equipo de reservas de Washington Spirit y que ha acabado devolviendo la ilusión al estadio más mítico de todo el país, el Providence Park, el hogar y la caldera de Portland Thorns.
Formado en el fútbol britanico de la mano de una ya mítica, Emma Hayes, la historia de Portland Thorns no se entiende sin Mark Parsons. Su llegada a la liga se produce en un Washington Spirit que le sirvió para adaptarse durante dos temporadas en las que es cierto que obtuvo resultados mucho más mejorables. Posteriormente, lo hemos visto dirigiendo a Portland Thorns, el cual ha logrado devolver a su mejor nivel después de llegar a este cuando peor se encontraba a nivel deportivo.
A nivel de juego (análisis de Portland Thorns) podríamos hablar de un entrenador diferente a lo que estamos acostumbrados en una liga tan física y directa como la NWSL. Formado en la cuna del fútbol, Inglaterra, se ha encargado de dar una nueva visión al ‘soccer’. De los primeros técnicos que han apostado por un juego más asociativo en Estados Unidos, dando apoyo a la teoría de que no hay mejor manera de defender que con el balón.
Por contra hablamos también de un entrenador cuyo juego entretiene al máximo y nos regala partidos de película. El que dude que pregunte en el Providence Park donde Parsons ha devuelto las victorias y las sonrisas. Teniendo en cuenta la pizarra del ex Spirit, podemos decir que en primera instancia encaja a la perfección con el estilo de los Países Bajos, su nuevo reto.
Durante su paso por la NWSL ha destacado sobre todo en Portland Thorns. En el club de la Cascadia ha logrado disputar cuatro play-off de cuatro posibles, números inmejorables. En estas cuatro campañas se ha llevado un campeonato de NWSL y un NWSL Shield además de un subcampeonato. En su última etapa como Thorn, es decir durante la era Covid, ha terminado por llevar al equipo hasta lo más alto de la liga levantando unas Fall Series y la primera Challenge Cup de la historia de la institución.
Sus primeros partidos en la NWSL de la mano de Washington Spirit dejaron bastante que desear en un equipo que tampoco atravesaba su mejor momento, además de terminar como último clasificado en la tabla, aunque es cierto que llegó a mitad de temporada. Mucho mejor fue su rendimiento en 2014, último año al mando del club capitalino al cual logró llevar por primera vez en su historia hasta el play-off.
A parte de entrenador también ha jugado un rol muy importante a la hora de realizar fichajes en su última etapa en Portland, firmando jugadoras como Lindsey Horan, Sophia Smith o Morgan Weaver. Todo un ojo clínico para el talento joven como ha demostrado en el último Draft Universitario con Morgan Weaver.
Los inicios de Mark en la NWSL
Muy posiblemente esta gran ‘facilidad’ para captar talento joven pueda tener sus raíces en los inicios de Mark Parsons como técnico. Su primera gran experiencia en el fútbol femenino llega en el equipo de reservas del Chelsea, donde dió a conocer su primera gran estrella, Millie Bright. En Londres aprendió de la que es a día de hoy para muchos ‘la reina’ de los banquillos, Emma Hayes, una de las entrenadoras más determinantes en la historia de la NWSL y posiblemente la que más para el fútbol inglés.
Después de separar sus caminos con el fútbol inglés y por ende con la ya nombrada Emma Hayes, llegaría a Washington para sumar su primera experiencia al estilo ‘yankee’ tras fichar por el D.C. United y entrenar al equipo de reservas, algo que se produciría más adelante cuando tomó las riendas de las reservas de Washington Spirit. Allí coincidió con nombres como Ashlyn Harris o Ali Krieger, jugadoras jóvenes que empezaban a destacar por aquel entonces.
Pocos apostaban por Mark cuando cogió el equipo a mitad de temporada en la tabla baja y no hizo más que hundirlo hasta el último puesto, no fueron para nada agradables los primeros partidos de Mark, no obstante, en su segunda temporada logró dar la vuelta y llevar al equipo hasta la cuarta plaza con una plantilla cien por cien a su estilo aunque con algún matiz de desacuerdo que le terminó haciendo marchar hasta Portland.
Portland no vivía su mejor momento, en plena decadencia tras haber sido el primer campeón de la historia de la NWSL, la dirección de la Cascadia decidía apostar por un entrenador con poca experiencia y que generó ciertas dudas en el pasado, Mark Parsons. Dichas dudas se han terminado por zanjar con el tiempo cuando hemos visto al británico reconstruir de cero a la plantilla Thorn hasta devolverla a lo más alto por los títulos.
Tal fue su impacto en su primer año que logró que el Providence Park cerrará la temporada como el estadio con mayor media de asistencia por partido, 17.000 personas, 8.000 por encima de su perseguidor, Orlando Pride. Un equipo en el que ya reunió a jugadoras como Lindsey Horan, Tobin Heath o Emily Sonnett, la afición empezaba a ver la luz tras tres temporadas complicadas para un gigante de la talla de Portland.
A nivel deportivo su segundo año en NWSL y primero como Thorns fue prácticamente inmejorable. Obtuvo el primer puesto de la temporada regular con más sufrimiento de la cuenta, para posteriormente caer en semifinales contra un Western New York Flash que terminó el curso levantando el título de liga.
En 2017 y ya asentado en la NWSL, Mark Parsons y su Portland Thorns se reencontraban con el anillo de la NWSL en el que era el primer campeonato para el técnico en Estados Unidos y el segundo en la historia del club. En la fase previa fue segundo clasificado y en la final derrotó al líder de la NWSL Shield, un North Carolina Courage que debutaba en la liga.
La película siguió un camino similar al año siguiente, 2018. North Carolina quedó primero en fase previa y Portland segundo, no obstante, las pupilas de Parsons se quedaron a las puertas de un nuevo título tras caer por tres goles a cero en la final. Posteriormente volveríamos a ver al equipo clasificarse para las eliminatorias aunque se despidió del torneo en semifinales después de ser superado por el Chicago Red Stars de Emma Hayes, el maestro venció al alumno en esta ocasión.
Las jugadoras que han marcado el paso de Mark Parsons en Portland
Durante su paso por Portland, hemos visto desfilar nombres de todo tipo pero sin duda destacan las futbolistas llegadas de los Draft’s universitarios, una de las mayores fuentes de talento del club en los últimos años. Lindsey Horan fue uno de las grandes apuestas de Mark Parsons y tras su llegada en 2016 se ha convertido hoy en una de las capitanas del equipo y todo un pilar fundamental de este a nivel táctico.
Si hablamos de capitanía, no podemos pasar por alto el nombre de Becky Sauerbrunn, la encargada de llevar el brazalete en la selección nacional estadounidense y uno de los pilares fundamentales en la trayectoria de Mark Parsons en Portland. Aunque llegó al club en 2019, nos ha regalado junto a Kellie Hubly una de las mejores parejas de centrales que se recuerdan jamás.
A nivel ofensivo podríamos decir que Mark Parsons ha tenido bajo su posesión dos de los nombres más influyentes de las últimas temporadas en la NWSL, Tobin Heath y la eterna capitana de Portland, Christine Sinclair. Entre ambas suman más de 25 años junto al escudo de la ‘rose city’. Dos instituciones del club, que siguieron en el barco cuando Parsons tomó el timón a pesar de la poca confianza que se le deposita a este.